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Masajes

La finalidad principal del drenaje es eliminar líquidos, mejorar la visibilidad de la piel y estimular el sistema linfático.

¿Qué es el drenaje linfático?

El drenaje linfático es un masaje que actúa sobre los vasos linfáticos con el fin de eliminar el líquido intersticial y linfático.

¿Por qué se realiza?

Gracias a su acción antiedematosa y analgésica sobre las fibras musculares lisas, el drenaje linfático está especialmente indicado para atenuar el llamado efecto piel de naranja de la celulitis y para tratar edemas postquirúrgicos o cicatrices. En cuanto al efecto sobre las fibras musculares estriadas, el especialista propone este drenaje a los pacientes por su efecto relajante, especialmente en el caso de músculos tensos o hipertónicos. En general, el drenaje linfático aumenta la respuesta del sistema inmunológico, mejorando así la respuesta del sistema de defensa en las zonas tratadas con este masaje.
 

¿En qué consiste el drenaje linfático manual?

  • El masaje que se aplica en el drenaje linfático debe seguir una serie de pautas determinadas que le permitan cumplir con su función:
  • Tiene que ser un masaje muy suave e indoloro, por lo que suele tener un efecto placentero y relajante.
  • Las manos deben hacer un movimiento lento y repetitivo que debe seguir, en cierta medida, la dirección de los conductos linfáticos.
  • El drenaje linfático no suele durar menos de una hora.

Beneficios para la salud del drenaje linfático manual

El drenaje linfático se utiliza cada vez más en el área de oncología para el tratamiento de edemas traumáticos, linfedemas y complicaciones linfáticas derivadas de una cirugía. También se utiliza a menudo con fines estéticos. Los beneficios que aporta esta técnica son:

  • Reactiva la circulación linfática y ayuda a eliminar el exceso de líquidos y sustancias de desecho del organismo.
  • Reduce la inflamación derivada de la retención de líquidos, regulando el tono muscular.
  • Contribuye a mejorar las defensas del organismo al favorecer la función de los ganglios linfáticos.
  • Mejora el aspecto de la piel y combate enfermedades y afecciones como la celulitis o el acné.
  • Tiene un efecto analgésico, por lo que también se recomienda en dolores derivados de enfermedades como la fibromialgia.
  • Tiene un efecto relajante en el sistema nervioso, aliviando situaciones de estrés y ansiedad, pero también combatiendo los efectos de patologías como migrañas y vértigo.
  •  Mejora la circulación sanguínea (el sistema linfático se complementa con el aparato circulatorio) y ayuda a eliminar problemas derivados de una mala circulación, como las varices.
  •  Estimula la función renal.

Se recomiendan ciclos intensos, inicialmente de 2 a 3 sesiones semanales seguidas de un tratamiento de mantenimiento (2 a 4 al mes); sin embargo, estas indicaciones pueden variar en función de la enfermedad y gravedad de la misma.